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Los mixtecos ocuparon la extensa comarca denominada Mixtecapán o Mixteca, que significa “región de las nubes”, porque se localiza en la serranía. Del siglo XII al XIV de nuestra era, los mixtecos se establecieron en los valles, ya que conquistaron territorios zapotecas, tales como Monte Albán, Cuilapan, Quiotepec, Mitla, Yagul, Zaachila, Tlacolula, Xaanga, Xoxocotitlán y otros. Achiutla, Apoala, Chalcatongo, Tilantongo, Yanhuitlán y muchos lugares más eran sedes de ciudades-Estado, cuyos orígenes no son muy claros. Según las leyendas y los códices, los reyes mixtecos llegaron procedentes de otros lugares, pero esto no ha sido comprobado arqueológicamente. La población mixteca que se centró en la Mixteca Alta, creció y se extendió por el Valle de Oaxaca, estableciendo asentamientos en lo que ahora son Cuilapan, Xoxocotlán y otras partes del centro del valle. También llegaron hasta la costa, fundando un sitio importante en Tututepec, el cual fue controlado por el gobernante que los códices llaman 8-Venado-Garra de Jaguar. Los zapotecos, a su vez, se habían extendido hasta el Istmo y fundaron comunidades en Tehuantepec y Guiengola.

 

Cronología

Con base en las exploraciones realizadas en Monte Negro (cerca de Tilantongo) en la región Mixteca, sabemos que existió una cultura preclásica mixteca que se ubica alrededor del año 500 antes de Cristo.

 

Los mixtecos escribieron una historia precisa, con múltiples hechos y fechas que comienzan en el año 692 d. C. y abarcan hasta el año 1519 (la llegada de los conquistadores españoles). Esta historia determina la cronología de esta cultura y quedó plasmada en varios códices que han llegado hasta nuestros días.

 

Desarrollo histórico

Mientras en Monte Albán se construía el Edificio de Los Danzantes, en Monte Negro se erigía un edificio constituido por patios que utilizaban columnas. Hacia el año 300 a. C. se inició el horizonte Clásico en el Valle de Oaxaca, periodo en el cual la Mixteca recibió una marcada influencia teotihuacana, misma que se manifestó en la fase de Yucuñudahui, pero sin dejar de depender de Monte Albán. Cuatrocientos años más tarde, aparecieron en la Mixteca Baja (por Acatlán, Puebla), indicios de un nuevo estilo denominado mixteco-poblano. El grupo olmeca xicalanca, constituido por nahuas, mixtecos y chochopopolucas, extendió su influencia hasta el centro y el sur de Veracruz y sustituyó su antigua tradición cultural por la de Cholula, lo cual trajo como consecuencia que el nuevo grupo olmeca expulsara a los anteriores habitantes nahuas que allí se habían establecido a raíz de la decadencia de Teotihuacan. A mediados del siglo XI, el gobernante mixteco 8-Venado-Garra de Tigre había extendido sus dominios hasta Zapotecapan y Tututepec por el sur, y hasta Teotitlán del Camino y la zona popoloca poblana por el norte. Los olmecas xicalancas que habían conquistado Cholula, mantuvieron su dominio por espacio de 500 años aproximadamente, hasta la llegada de los toltecas, quienes se refugiaron en Cholula después de la decadencia de Tula. Los toltecas lograron apoderarse de esa ciudad y expulsaron a sus antiguos habitantes a fines del siglo XII. Hacia el año 1173, llegaron a la mixteca poblana numerosas tribus chichimecas procedentes del Valle de México, que impidieron a los mixtecos rebasar sus fronteras hacia la zona zapoteca, lo cual trajo como consecuencia que los chichimecas se apoderaran de Monte Albán. Mesoamérica 108 No obstante, a finales del siglo XIV, durante el periodo de la supremacía tepaneca de Azcapotzalco, los mixtecos se establecieron en Chalco y se extendieron hasta Tetzcoco, donde ejercieron su influencia en la cultura chichimeca.

 

Organización política y social

Los mixtecos nunca se constituyeron políticamente en Estado, en cambio se formaron múltiples señoríos. La sociedad se dividía en dos grupos principalmente: a) Un grupo estaría constituido por los señores, caciques, sacerdotes, mercaderes y guerreros. Éste habría sido el grupo dirigente y de mayor poder político y económico. b) Otro grupo estaba constituido por los artesanos, labradores y esclavos, que pagaban tributo a los integrantes de la clase dirigente. Dentro de la ciudad de Monte Albán se han explorado al menos 15 barrios, en los que quizá vivieran igual número de linajes o grupos dedicados a diferentes actividades productivas propias. En cada conjunto encontramos dos o cuatro montículos dispuestos en torno a patios. Alrededor de los conjuntos estaban dispuestas las terrazas habitacionales donde seguramente vivía la mayor parte de la población. Se han encontrado más de 2 000 terrazas que cumplían con esta función habitacional. Algunas eran de tan sólo 10 m de largo por 5 de ancho y las mayores llegaban a alcanzar 300 por 100 metros. Si bien es cierto que el tamaño y la calidad de las casas variaban enormemente en relación con la prosperidad de sus residentes, todas las construcciones seguían el mismo modelo: un conjunto de habitaciones independientes con comunicación hacia patios rectangulares. Se estima que entre 96 y 98% de los habitantes de Monte Albán vivían en casas pequeñas y medianas, cuyos espacios techados y al aire libre ocupaban 312 m2 en promedio. Las más chicas solían tener muros de carrizo o de bajareque, y sus entierros eran en fosas simples o delimitadas con lajas. En cambio, las moradas medianas eran más sólidas, ya que sus muros fueron construidos con adobes. Además, contaban con varias fosas de lajas y, por lo regular, una tumba cuyos acabados y ofrendas nos indican que las familias que allí vivían, eran de mayor jerarquía.31

Los mixtecos fueron esencialmente guerreros y eran reclutados para la guerra en los barrios de los señores; sus capitanes pertenecían a la clase superior. Desde su aparición, presionaron a sus vecinos del sur. A lo largo de 500 años fueron conquistando paulatinamente las aldeas zapotecas y obligando a los vencidos a refugiarse en el sur. A fines del siglo XV tomaron Mitla, la última ciudad zapoteca y la última porción del Valle de Oaxaca. Los mixtecos sobresalieron en particular en dos aspectos: tumbas y joyas. Construyeron poco, reconstruyeron bastante y no destruyeron nada de las obras anteriores, lo cual es un mérito que no siempre es reconocido.

 

Organización económica

Los mixtecos basaban su economía en el cultivo del maíz y el frijol. Empleaban técnicas agrícolas avanzadas, usando terrazas que aún se conservan en las faldas de las montañas y cerros. Por otra parte, como consecuencia de la guerra, recibían como tributo de los pueblos conquistados diversos productos alimenticios tales como maíz, frijol, guajolotes, así como oro en polvo, etc., o bien, tributos en forma de trabajo directo, esto es, servicios en la casa del cacique principal, construcción de casas y templos.

 

Religión

Los mixtecos se decían descendientes de Yacoñooy, quien había creado todo cuanto existe. Quetzalcóatl y Tláloc fueron importantes deidades a quienes adoraban también junto con elementos de la naturaleza; por otra parte, solían rendir culto a los muertos. La cultura mixteca estaba íntimamente vinculada con la zapoteca, razón por la cual muchos mitos y caracteres les son comunes, tal es el caso del mito que cuenta cómo un famoso guerrero y flechador arrojó sus dardos al Sol y fundó la ciudad de Tilantongo o Yucuño. Cada pueblo tenía sus adoratorios y a cargo del culto de los dioses había sacerdotes que presidían las ofrendas y las fiestas. Las ofrendas generalmente consistían en copal y el sacrificio de algunos animales, junto con diferentes formas de autosacrificio, pero también se realizaban sacrificios humanos, al parecer en escala moderada. Las fiestas duraban varios días y había además grandes comidas y tal vez bailes y música. Para la mitología mixteca sólo contamos con una versión de los dioses creadores, la pareja suprema y sus dos hijos, los héroes culturales; pero nada se dice acerca de la creación del hombre. Los mitos cuentan que hubo un diluvio en el que murieron muchos dioses y después, el “Dios Creador de todas las cosas” creó el cielo y la Tierra, restaurando al género humano. Aunque cada poblado tenía su deidad particular, parece que hubo dioses que eran venerados en toda la región mixteca. El patrono de los labradores mixtecos era el dios de la lluvia, Cocijo; los comerciantes tenían su propia deidad; el dios de los cazadores se llamaba Qhuav (venado). El sol era venerado como la deidad de los guerreros valientes (taandoco o taacoc), quienes les sacrificaban sus prisioneros de guerra, extrayéndoles el corazón. Adoraban a una deidad que era patrona de la fecundidad humana Huitayuta o Yoco sitauyuta y la diosa de los baños a quien veneraban las mujeres recién paridas. Además de los templos en los centros ceremoniales, los cerros y cuevas fueron lugares sagrados. En los cerros se hacían sacrificios y ahí se colocaban las figuras que representaban a los dioses y les llevaban ofrendas.

 

Arquitectura

Para referirnos a este aspecto de la cultura mixteca, es preciso subrayar que los edificios de Yagul y Mitla en Oaxaca, fueron construidos por los zapotecos bajo el dominio mixteca, de cuya amalgama resultó un estilo mixto con rasgos zapotecas y una decoración preciosista de estilo mixteca, en la que destaca la decoración realizada con grecas realizadas con piedras perfectamente recortadas y labradas

 

 

Escultura

Los mixtecos destacaron sobre todo en la lapidaria. Elaboraban pequeñas figurillas para lo cual utilizaban una amplia gama de materiales tales como jade, ágata, amatista, ónice, amazonita, obsidiana y el cristal de roca, así como otras piedras semipreciosas. Con estas últimas producían extraordinarias alhajas, collares y pendientes, así como figuras que representaban personajes ricamente ataviados, idolillos o figuras zoomorfas estilizadas, tales como monos, conejos, etcétera. En este tipo de figuras fueron frecuentes las representaciones de algunas de sus deidades, tales como Cocijo, Ehécatl, Mictlantecuhtli. El arte lapidario mixteco se hace patente también en delicados vasos de cristal de roca, exquisitamente acabados. También elaboraron mosaicos de turquesa y concha y en ocasiones usaron también la pirita. Con otros materiales como el alabastro realizaron vasos, máscaras, cetros, cuchillos ceremoniales, etcétera. También trabajaron el hueso y la madera. Destacan por lo complicado de su diseño las espátulas encontradas en la Tumba 7 de Monte Albán, que semejan el estilo usado en los códices. En madera destacan seis teponaztli que también tienen relieves con dibujos complicados que cubren toda la superficie de estos instrumentos musicales y algunas tiraderas con escenas mitológicas. La escultura monumental se desarrolló poco entre los mixtecos. Sin embargo, nos quedan algunos ejemplos, como el Monolito de Tututepec en Oaxaca y algunas losas de Tilantongo.

 

 

Cerámica

La cerámica mixteca se inició hacia el año 1000 d. C. Consistía originalmente en vasijas monocromas de color negro o gris; la de la última época es bicroma y policroma. La cerámica ceremonial mixteca es de extraordinaria belleza, por lo que rivaliza con la de la cultura maya y con la del Perú. Las piezas son de barro muy fino y las paredes muy delgadas, por lo que su cocimiento es perfecto. Fue decorada con escenas o símbolos mitológicos, semejantes a las pinturas de los códices. Estas piezas, cuyas formas suelen ser muy elegantes y variadas, están cubiertas con un barniz muy pulido y brillante. La cerámica del periodo más brillante de la cultura mixteca es policroma y se encuentra relacionada con la cerámica de Cholula. Generalmente se trata de cuencos trípodes con soportes que representan serpientes o cabezas de águila. En el interior y exterior de estos cuencos fueron pintadas escenas de carácter mitológico que se alternan con decoración de tipo geométrico. Los colores son brillantes y de un estilo muy semejante a la pintura de los códices del grupo Borgia. Utilizaron la técnica del laqueado que fue característica de la cerámica de Cholula.

 

Orfebrería

Los mixtecos fueron extraordinarios joyeros y orfebres. Es posible que ellos hayan importado a México la técnica metalúrgica hacia el año 900 d. C., procedente quizá de Panamá, Colombia o Perú. No obstante, desarrollaron un estilo propio, mismo que plasmaron en todas las piezas de oro, cobre y raras veces plata. Los joyeros y orfebres mixtecos realizaron ricos adornos con una gran variedad de formas y utilizaron básicamente dos técnicas. La técnica más sencilla es la que se hace a base de láminas de oro, obtenidas al martillado, en frío y con decoraciones repujadas. Otras joyas, y desde luego las más hermosas, fueron fundidas por el procedimiento conocido con el nombre de “cera perdida”. Muchas de las joyas parecen a primera vista elaboradas con alambre de oro (filigrana); pero al examinarlas con atención se puede advertir que tales alambres están fundidos en una pieza, hecho que aumenta notablemente su mérito, esta técnica se conoce como “falsa filigrana”. Los mejores ejemplos de que disponemos hoy, son desde luego las joyas descubiertas en el interior de la Tumba 7 en Monte Albán. El arqueólogo mexicano Alfonso Caso descubrió, entre 1931 y 1943, 180 tumbas, entre las cuales, las de mayor relevancia son las 104 y 105 y, muy en particular, la Tumba 7, donde fue enterrado un sacerdote mixteco sobre un jefe zapoteco. Las ofrendas colocadas al lado de los restos, consistían en figurillas de barro, collares, urnas, un cráneo humano decorado con incrustaciones de conchas y turquesas, y numerosas joyas de oro de gran belleza, tales como el pectoral de la vida y la muerte. En Monte Albán fue encontrada también una mascarilla de oro, que representaba a Xipe-Tótec “Nuestro Señor el Desollado”, que es otro dios mixteco. De oro también es otra representación del dios de los muertos, encontrada al igual que la anterior en las ruinas de Monte Albán. En Yanhuitlán (Oaxaca) se han encontrado también interesantes joyas de oro, correspondientes al arte mixteco, como el Chimalli o escudo de oro y turquesa que parece representar el escudo de esa población.

 

Calendario y escritura

Los mixtecos desarrollaron un calendario ritual de 260 días y otro solar de 365 días, semejantes al Pije de los zapotecos y el Tonalpohualli de los mexicas, sólo que cambiaron los signos que daban nombre a los años del sistema zapoteco (turquesa, venado, búho, serpiente) y adoptaron los nombres del mexica, esto es, caña, conejo, casa, pedernal. Representaban los números únicamente con puntos, al igual que los mexicas, a diferencia de los mayas que utilizaban el punto y la barra.

 

 

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